Guía de supervivencia para el apocalipsis felino
¿Alguna vez te preguntaste como sobrevivirías al Apocalipsis zombi? ¿No? ¿Y al causado por las máquinas? ¿Tampoco? Podría suceder en cualquier momento, así que yo, que vos, me lo pensaría. ¿Y si fuera por dominación mundial felina?
Bueno, si este último te preocupa, no te preocupes. Acá te dejo una guía para que sobrevivas al más terrorífico tierno de los michis.
Esta guía está basada en los hechos de mi actual novela en progreso, Apocalipcat. Si querés leer las primeras tres escenas sueltas que lo iniciaron todo, dejá tu email abajo y te las mando a tu correo.
El escenario
Porque convengamos que no es lo mismo un apocalipsis felino donde los gatos mutan a figuras antropomorfas, o si nos convirtieran a los humanos del tamaño de ratones de laboratorio. No, no.
En este caso, los gatos se mantienen con forma de gatos, solo que, gracias a una máquina, los gatos obtienen el poder de hablar como sus humanos y el control mental.
El peor escenario de todos, lo sé. La dominación felina no es chiste.
Así que ahí estás una noche, tranca, en tu casa, mirando tele antes de irte a dormir, o tal vez leyendo una increíble historia de una increíble escritora argentina (ejem, yo), cuando de repente se corta la luz. Mirás la hora y te das cuenta de que no tiene señal. Justo en ese momento, te agarran unas ganas inexplicables de ir a agarrar el pajarito de los vecinos.
No porque te dé pena, como siempre, sino porque, por alguna razón, te preguntás cómo se vería en tu boca. «Qué pensamiento tan extraño», te decís, cuando te das cuenta de que tu gato te mira muy concentrado.
—¿Todo bien? —le decís.
Y, cosita… el susto que te pegás cuando te responde “Todo bien, ahora andá a buscar ese pájaro”.
La vida, tal como la conocías, acaba de terminar, y ahora tenés que adaptarte a una nueva realidad. ¿Pero cómo? Así…
Control mental
Tu primer obstáculo está en cómo recuperar el dominio de tu propia mente. Después de todo, estuviste a punto de ir a atacar a Piolín (Tweety, dependiendo de la versión que conozcas).
No sé si los sombreros de aluminio te irán a servir de algo. Siempre podés intentarlo, pero creo que lo mejor será jurar lealtad y obediencia eterna a tu michi-amo, pero que por favor, no vuelva a meterse así en tu cabeza.
Que sí, que tal vez esto no te proteja del todo —sabemos que los gatos son agentes del caos y pueden querer hacerlo sólo para divertirse—, pero se trata de ir ganando tiempo. Además, puede que tu gato te proteja de otros si fuiste un buen tutor en el mundo anterior. Después de tener esa parte medianamente bajo control, vas a tener que aprovechar tus nuevos tiempos muertos (es decir, las siestas de tu michi-amo).
Meditá
Eso es lo que vas a hacer. ¿Por qué? Porque no lo sé a ciencia cierta, pero tengo toda la seguridad de que el control mental funciona como un músculo, y si querés impedir que los michis (tuyos o no) hagan con vos lo que quieran, mejor que vayas al gimnasio neuronal.
Hablando de lo que podés hacer en las siestas gatunas…
Aprendé a andar en silencio
No solo para evitar ser detectado, sino para no desatar la furia felina por interrumpirlos mientras duermen. Sabemos que ese es un privilegio que les pertenece solo a ellos.
Si tenés hijos, recordarás lo que te aconsejaban —y que seguramente no hiciste, igual que yo—: dormir cuando ellos duermen. Vas a tener que turnarte. Algunas siestas son para entrenar, otras para descansar. Olvidate de hacerle caso a tu ritmo circadiano. Ahora sos un ser preso del ritmo de los michis.
Conocé tu lugar
Las cosas son diferentes. Algunos antes creían estar por encima de los gatos. Otros, entendimos desde siempre que, como mucho, estábamos al mismo nivel. Ya no, mi cielo.
El orden natural tiene su forma de volver las cosas a como tiene que ser y, así, es como estamos ahora. Siendo, oficialmente, las mascotas de los gatos.
Con este nuevo sentido de humildad, te toca saber quién está a cargo. Sí, será el mundo de los gatos, pero de seguro que están organizados y que, siendo los seres inteligentes que son, haya alguna gata tricolor controlándolo todo (y seguro se llama Maya, como la gata de Clara en Apocalipcat). ¿Para qué querés saber esto?
Simple. Acá empieza tu historia de Mendigo a Poderoso, porque te vas a dedicar a chuparle las patas a los gatos para estar cada vez más cerca de la cima social e intentar, así, tener un poco más de protección.
Conocé las nuevas reglas
Ni se te ocurra ir a acariciar un perro. Si ves uno, ahuyentalo, a menos que no temas al castigo del michi-amo.
No importa si te aseguraste de dejar el plato lleno del michi-amo antes de irte a hacer cualquier otra cosa, si te llama para que le pongas más, vas y le ponés más. No demores más de dos toques de su pata, o podés estar sujeto a michi-castigo.
Tendrás la obligación de proporcionar una caja nueva a la semana.
No ignores a tu michi-amo. Nunca.
Todos tus muebles, de ahora en adelante, serán rascadores y no podrás tirarlos hasta que el michi-amo así lo disponga.
Cuando llegue la hora de tirar un mueble, es tu obligación conseguir uno nuevo en un período de no mayor a 24 horas.
No cumplir con alguna de ellas puede significar un michi-castigo divino, igual a una semana entera de desprecio, que te despiertes con todas tus ropas con desechos gatunos, que encuentres tus tazas favoritas hechas añicos o todas tus plantas mordisqueadas y asesinadas.
Este párrafo no es para ser leído por gatos. Si sos un gato, este artículo terminó. En serio. No hay nada más que leer aquí.
Si estás pensando en recuperar el dominio humano, estas son tus posibilidades:
Armarte de muchas luces láser.
Intentar armar alianzas con perros y ratones, aunque tenés que tener cuidado. Algunos pueden ser doble espías.
Buscá entre las juventudes de 17 años. Puede que, a esa edad, existe alguien capaz de ofrecer resistencia.
El fin ya llegó, pero no temas. Con esta guía, tenés todo lo necesario para convertirte en el mejor siervo felino de la historia. O, al menos, en uno que reciba menos desprecio.
Esta guía está basada en los hechos de mi actual novela en progreso, Apocalipcat. Si querés leer las primeras tres escenas sueltas que lo iniciaron todo, dejá tu email abajo y te las mando a tu correo.